EXPERIENCIAS DE VOLUNTARIADO

Voluntarias de España visitaron COPRODELI Perú en Agosto. Un vídeo dice más que mil palabras: ¡Gracias Cris, Ainara, Cotte, Alba, Esther, Alba, Sara e Isabel !!!!

Perú 2014 from Cristina Tris Berges on Vimeo.

Guillermo Martín Antón: No me considero un turista. Técnicamente lo soy (según la definición de la RAE y de la Organización Internacional de Turismo) y alguna vez, y por razones de tiempo, he actuado como considero que actúan los turistas. Personalmente, los turistas ven pero no miran, oyen pero no escuchan, saben pero no conocen y se acercan pero no profundizan. Como interino de la Enseñanza Secundaria española, y debido a los recortes en educación, me vi, después de trabajar un año en Castilla y León y con las esperanzas puestas de conseguir quedarme allí hasta mi jubilación, rechazado con el sistema y con demasiado tiempo que ocupar. Así con cuatro meses me planteé hacer un voluntariado. Pero ¿dónde? América es un continente que, en España, siempre está presente en nuestro imaginario colectivo, nuestra cultura, nuestras ciudades, nuestras casas y nuestros libros. Nunca había “cruzado el charco”. Me apetecía. Pero América es muy grande. Como historiador del arte, había dos lugares que, por su riqueza cultural, natural, histórica, artística, botánica, humana, gastronómica… ; podría elegir: México y Perú. Hice mi elección y hoy, después de cuatro meses aquí, puedo decir que he mirado, he escuchado, he conocido y he profundizado en la diversidad del Perú. El voluntariado tuvo lugar en Pachacútec, Ventanilla, durante doce semanas. Consistía en doce sesiones-conferencias sobre los distintos estilos artísticos europeos en los que se divide la Historia del Arte europeo desde la Prehistoria hasta la historia del cine, pasando por el arte bizantino, el arte gótico, el Renacimiento y el Barroco. El objetivo fue complementar las lecciones de historia y arte del Perú, entroncándolas con el arte europeo que inunda el país desde la conquista, allá por el s. XVI y hasta hoy. Abrir el mundo a los chicos del asentamiento humano, mostrándoles lo que existe fuera de las fronteras del país y, ¿por que no?, hacer un poco de turismo desde las aulas de sus colegios. Mostrarles las manifestaciones que el espíritu de los hombres creó. Gracias a una buena planificación de los horarios de mis conferencias y a esos maravillosos buses cama, pude, los fines de semana, aprovechar para viajar y conocer todo Perú de norte a sur. Complementar mi labor como voluntario en Perú, alojándome la mayoría del tiempo en la hospedería de San Francisco Solano, donde pude conocer a tanta gente y conocer su situación; con los viajes para conocer otras realidades del país tan diferentes ha hecho cambiar realmente la visión de mi vida y mi forma de vivirla. Por eso, para conseguir en COPRODELI una experiencia realmente inolvidable, hay que moverse por Perú y conocerlo (aunque esto a priori dé un poco de pereza) porque será enriquecedor para ti y para los chicos, ya que muchos de ellos difícilmente tendrán la posibilidad de conocer lugares, incluso, de su propio país. También te ayudará a comprender mejor la realidad peruana a la que te tienes que amoldar y a conseguir adaptar tus vivencias a las personas con las que vas a trabajar en COPRODELI ya sea en Callao, Lurín, Ica o Cañete, para que están sean productivas tanto para ti como para las personas con las que compartas esta experiencia. Mira, escucha, conoce y profundiza… mantén los ojos bien abiertos, empuja puertas, levanta la vista, habla con desconocidos, saborea la comida de la calle… No seas un turista.
AMAIA TORRES (España)

La experiencia ha sido maravillosa, estando allí todo pasa muy rápido y no te das cuenta de la realidad, pero al volver a Madrid, a la vida y rutina habitual, me he dado cuenta de lo poco que se valoran cosas tan simples como la luz, el agua, un baño, una buena alimentación… allí las familias tienen muchas carencias, y a pesar de todo, niños y niñas no pierden la sonrisa, practican la hospitalidad, son muy cariñosos y muy agradecidos. Cualidades, que aquí, en la sociedad actual y con esta necesidad de consumismo, creo que las estamos perdiendo. Después de ver esto, te das cuenta de lo bien que vivimos algunos, ¡y encima, para colmo, nos quejamos!!

A lo largo de nuestra estancia en Perú, hemos tenido la oportunidad de vivir distintas experiencias, y conocer muchos lugares donde COPRODELI está haciendo su labor. Hemos conocido muchos de sus proyectos. 
Estuvimos en ICA, un lugar afectado por el terremoto de 2007 en el que COPRODELI está montando una Urbanización construyendo casas para unas 700 familias. En ella están creando un área industrial para generar puestos de trabajo, un colegio, un centro médico para las familias que habiten la urbanización… Allí tuvimos la oportunidad de colaborar ayudando en temas de jardinería. La verdad es que no teníamos mucha experiencia ni conocimientos, pero con las ganas que teníamos todos y la ayuda del señor “Pineda” conseguimos aportar nuestro granito de arena poniendo “grass” en zonas de la urbanización. Carretillas, sacos, maderas… mil aventurillas que nos hicieron reír e ir afianzando la amistad que estaba por llegar entre el grupo de voluntarios de España que en un principio no nos conocíamos. También nos dedicamos a rellenar bolsitas con abono para futuras plantaciones de semillas, limpiamos el patio del colegio de la urbanización, cargamos sacos, pusimos paredes de madera… Una semana de trabajo duro, pero muy satisfactorio.Escribiendo estas líneas no puedo dejar de nombrar a Max, un niño de 5 años que siempre andaba rondando la hospedería en la que vivíamos. Fue el primer niño con el que traté y me transmitió una alegría que me hizo ver que con una simple cometa creada a mano por su papá se podían pasar ratos muy divertidos, sin necesidad de tener el último juguete del mercado.  Espero estar en contacto y unida a él durante muchos años. Es uno de los niños que más me marcaron en mi estancia en Perú.